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    | Como invertimos la vida

    Después de tener el último de sus tres hijos, Pedro y Sara decidieron reorganizar la manera como asumían la nueva vida familiar ya que ésta ahora exigía mayores compromisos.

    Llegando a un acuerdo frente a lo que a cada uno le correspondía, Pedro empezó a invertir sus esfuerzos en trabajar, mientras Sara cambió su trabajo por las cosas del hogar; Lina, Angela y Jairo, de 5, 4 y 1 años debían salir adelante sin importar las condiciones del medio donde ya crecían.

    Sin embargo, con el paso de los años algo extraño se precipitó en las relaciones con las niñas mayores. Sara empezó a notar que ellas mostraban un rechazo muy importante hacia ella. Mamá parecía ser “la mala” y papá, el ángel salvador, el que nunca los regañaba o se interponía en sus caprichos o deseos.

    Lina, creció con la idea de que nunca iba a ser como su mamá, ella solo sabía castigar y gritar, muy diferente a lo que era su padre. Con los años nunca aceptó la idea de que una mujer tuviera que invertir su vida en el hogar.

    Ahora que Lina ha decidido conformar su familia, no sabe porqué le cuesta tanto trabajo tomar decisiones con su esposo, ella no quiere interrumpir el desarrollo de sus hijos, quienes hacen todo lo que quieren con ella, manipulándola y Alfredo, su padre, anhela un mayor compromiso de ella en la crianza que le da a sus niños, pues ahora él es “el malo”.

    Publicado por Vaso dispuesto a las 11:17 a. m.,

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