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    | Sólo una casualidad…



    Sólo una casualidad… Artículo.

    Recuerdo tanto a Mariana* una mujer de quizá 45 años que en un centro comercial se me acercó hace unos años a hablarme de su vida. Para mí era muy extraño que alguien se acercara de ésta manera, sin embargo decidí escucharla, dejando a un lado mis prevenciones y temores.

    Me contaba de su vida familiar, de lo difícil que era su marido y de todos aquellos miedos que albergaba frente al futuro de sus hijos. Al parecer ella había decidido separarse y seguramente buscaba una confirmación de aquella decisión a través de un desconocido.

    Me decía que ni su temperamento ni el de su esposo eran conciliables y sus tres hijos estaban siendo afectados por ello. Ella prefería tomar ésta decisión a pesar del dolor que esto les iba a generar.

    Recordaba la vida de sus padres y como ella terminó de vivir su infancia apartada de ellos; no quería que sus hijos vivieran lo que ella vivió en su vida familiar.

    Sin embargo las palabras de su esposo y sus propias reacciones se habían convertido en el anuncio de que sus hijos no iban a estar exentos de repetir su propia historia.

    Publicado por Vaso dispuesto a las 6:24 a. m.,

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